Smart City: el desafío para un futuro eficiente y sostenible

Las grandes ciudades son los actores clave del cambio y el desarrollo sostenible. Por ejemplo, ya varias ciudades en Europa han adoptado la conectividad digital y la movilidad eléctrica como el principal desafío de inversión para las próximas décadas. Estos son los primeros pasos hacia un compromiso estructurado con Smart City que debería conducir a las naciones hacia un modelo urbano más rápido, más seguro y más sostenible en beneficio de sus ciudadanos.

¿Qué es Smart City?

El concepto de Smart City (o ciudad inteligente) nace en contextos políticos y resume conceptos económicos, tecnológicos y sociales para una ciudad sostenible. En Smart City, las tecnologías modernas en los campos de energía, movilidad, planificación urbana, administración y comunicación se encuentran en los datos de intercambio de red para mejorar la calidad de vida de las personas. En comparación con otras ciudades, como ya mencionado previamente, una ciudad inteligente tiene como objetivo la sostenibilidad y, por lo tanto, debe ser más eficiente y progresiva.

¿Por qué una ciudad inteligente?

Smart City pretende ser la respuesta, a través de tecnologías e ideas innovadoras, para todos los problemas de las ciudades modernas que surgen con cambio y crecimiento demográfico, la contaminación ambiental, el cambio climático y la escasez de recursos. El acercamiento de las personas con las tecnologías de la ciudad crea una infraestructura de red útil con datos que ayudan a administrar la ciudad. Las tecnologías más modernas de información y comunicación se utilizan para ahorrar recursos, mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y aumentar la competitividad de la ciudad y la economía local.

Los aspectos de Smart City

Es fácil identificar los aspectos principales que conforman el concepto de una ciudad inteligente. Para alcanzar esos objetivos, Smart City tiene algo similar al concepto de IoT en el que los servicios y sensores recopilan datos que se analizan y se ponen a disposición en la nube para tomar las medidas adecuadas.

Movilidad e infraestructura

En una ciudad inteligente, el objetivo es reducir el tráfico y el humo que se debe al transporte público y promover tanto el uso compartido de automóviles como el uso de vehículos de cero emisiones.

Eficiencia energética

Uno de los objetivos principales es abandonar los combustibles fósiles a largo plazo e introducir la electro movilidad y una mayor eficiencia energética, para los edificios, desde una perspectiva eco sostenible.

Protección del medio ambiente y ahorro de recursos

La reducción del tráfico y la emisión de sustancias nocivas son algunos de los aspectos que motivan a las ciudades inteligentes a mejorar la calidad del aire y la reducción de la contaminación acústica y de las vibraciones. Los sistemas digitales ahora pueden controlar la infraestructura y los edificios en tiempo real al regular el uso de la energía. El uso de sensores en la calle, por ejemplo, permite la regulación de la electricidad cuando es necesario. La gestión de las aguas residuales y el reciclaje de residuos son también temas importantes para un Smart City.

Atractivo económico

Una ciudad inteligente debe garantizar el desarrollo económico al llevar a un fortalecimiento competitivo del tejido empresarial de su propio territorio, especialmente las microempresas, las pymes y los artesanos. Las Administraciones se convierten en el punto de mediación para la organización y agregación de la demanda de servicios empresariales con nuevas metodologías y plataformas digitales participativas y fomentan la creación de una dimensión tecnológica y proyectos innovadores que crean las condiciones para la reproducción de buenas prácticas.

Participación activa de los ciudadanos

Para fomentar una participación amigable para los ciudadanos, Todo tipo de servicios deben estar disponibles en línea. En Smart City, los ciudadanos participan activamente en las medidas de cambio a través de los servicios digitales.

Calidad de vida para los ciudadanos

La sinergia de los diversos sectores a través de herramientas inteligentes apunta a una mejor calidad de vida para sus residentes. Al reducir el tráfico y las emisiones de vehículos se reducen los problemas de salud. Los servicios confiables y digitales para que los ciudadanos reducen los tiempos de espera, como en caso de emergencias, disminuyen ineficiencias y facilitan un entorno económico competitivo.

Aplicaciones de una ciudad inteligente

Como previamente mencionado, ya existen muchas ciudades Europeas que implementan activamente los conceptos de Smart City. En las principales ciudades de Italia; por ejemplo, existen modelos de uso compartido de automóviles y uso compartido de bicicletas para una mayor movilidad en los centros, se han instalado estaciones de carga para automóviles eléctricos y se han optimizado las rutas y servicios integrando los datos de las aplicaciones de los usuarios. Además, se crean cajas de almacenamiento para los servicios de entrega como un punto de transbordo y un punto de recolección. Para una mayor eficiencia energética, se utilizan farolas que se encienden automáticamente cuando pasa un vehículo o una persona o semáforos que dan tiempos verdes más largos para los autobuses. En edificios públicos como hospitales, escuelas y oficinas administrativas, se pueden instalar sistemas fotovoltaicos para reducir los combustibles fósiles y promover el uso de fuentes de energía renovables. También desde el punto de vista turístico, el uso de códigos de barras instalados en lugares de interés puede ser una fuente de información leída directamente desde el Smart phone.

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Simone Catania

Editor y traductor. A la conquista del mundo desde el ’88. Nacido y criado a los pies del Etna. El apellido no miente.

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